No me creerán que hasta hace unos meses no había probado un dátil en mi vida. Había leído sobre ellos y sus principales propiedades –alto contenido de hidratos de carbono, bajo en grasa, saciante, rico en azucares naturales y fuente de energía- tanto así que muchos deportistas lo consumen antes, durante y después de sus entrenamientos. Así que decidí hacer una prueba e incluirlos en mi alimentación los días que voy a nadar. El grupo de perfeccionamiento al que pertenezco hace más de un año esta compuesto en su mayoría por hombres de fuertes espaldas y piernas rápidas; esto despertó mi espíritu competitivo! Necesitaba algo más, algo que me ayudara a tener más energía y poder resistir con dignidad esos 45 minutos de entrenamiento que muchos días suelen ser intensos. Había probado ya varias cosas antes, pero ninguna como mi amigo el dátil, llegó justo este invierno a mis manos y desde entonces somos inseparables -eso sí, cuidando las cantidades porque son muy altos en azucares y hay que consumirlos con moderación-.

Y así he llegado a una conclusión absoluta con dos posibilidades:

1. Mis compañeros están muy cansados y han bajado sus niveles de rendimiento.
2. Efectivamente el dátil está consiguiendo levantar mi termómetro energético.

Dicho esto, debo estar preparada por si les da por leer esta entrada y empezar a comer dátiles también combinando con queso y unas ricas y nutritivas nueces, así que por favor si alguien sabe de alguna otra cosa que me pueda servir que me lo diga!!!